Los Macheteros

En toda la cultura Ignaciana hay una evidencia la antigua influencia de religiosidad ingénita, tomando en cuenta que sus costumbres se desarrollan en base a la religión, y mucho tuvo que ver la influencia de las misiones Jesuitas.

Vestimenta

Estos visten con plumajes brillantes de color rojo, azul y amarillo, llevan pañuelos grandes sobre los nombres de un solo color, muchas veces azul o celeste. Y visten con túnicas largas (Camijetas) hechas de algodón hilado por las mujeres ignacianas.

Danza

Los Macheteros bailarines interpretan una danza mística guerrera, cuyo nombre deriva de los “machetes” de madera.

Su danza es de forma marcial en dos filas, y llevan un machete (el tontochi) de madera en la mano derecha, bailan con el acompañamiento de los músicos al son de una tonada de machetero con la flauta, tambor y zancuti, más la tonada de ellos.

Se produce con tres instrumentos tocados por dos músicos, uno de ellos interpreta una Ocarina (chuyu'i), alternando con una quena de un tono (cáyuré), mientras el otro músico toca una quena de tres tonos (jeruré).

Esta danza la bailan con preferencia en la fiesta Patronal del 31 de julio, por ser la fiesta más importante para los ignacianos. Su vestimenta y danza dan impresión de origen precolombino.

Los instrumentos típicos de los macheteros son: El Chuyu'i de arcilla, el Cayuré de una tacuarilla y el Jeruré.

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Esta danza al parecer tiene sus orígenes en la corrida de toros, que se convierte en una forma de mostrar el poder del hombre, en este caso del español, el cual derrota a la fuerza bruta representada por el toro.

Este hecho ha debido impactar fuertemente en el nativo, de ahí cuando vieron los aymarás a las vacas, lo primero que hicieron fue representarlas en una danza satirizada llamada Waca Waca en español (vaquería).

Los Tobas, es una danza de tipo oriental parte de muestra cultura autóctona, que simboliza a quienes viven en el bosque milenario, el inmenso llano y el enigmático chaco. Hombres y mujeres de elástico andar, demuestran su belleza y fortaleza con su ritmo contagiante a través de sus saltos acrobáticos y una coreografía singular que representa las tribus selvícolas del sudeste y oriente boliviano.

Origen

El hombre andino reconoce la bondad de la pachamama, que guarda en su seno a sus hijos (muerte), y con su fatalidad productiva reproduce la historia colectiva de los Ayllus.

La Tarqueada es uno de los vehículos de expresión de las creencias e ideales de los pueblos aimaras de Bolivia. Esta fiesta gira en torno al acto profano en la Machaka Chojke (chajlla de la papa nueva) es en la Anata (Diversión), que es practicada desde la navidad hasta carnaval, tiene un significado ritual de súplica, en que sus melodías la recibe de la naturaleza, para pedir clemencia, de la misma naturaleza, para la llegada de la lluvia, o cualquier otro fenómeno climático que afecten a las cementeras.

Los Suri Sikuris aglutina a los más genuinos exponentes de la música pentatónica, simbolizan al cadencioso movimiento del avestruz o ñandú en celo y a los ejecutores de los “Sikus” (Instrumento nativo como zampona) se trata de una danza que bailaban los que se preparaban para salir a cazar ñandúes. Llevando los hombres como parte principal de su indumentaria un sobrero que está adornado con largas plumas de avestruz, que van amarradas a una cañas finas de más o menos de 60 centímetros, motiva una atención al público.

La Saya constituye una de las máximas expresiones folklóricas de los negros de Chicaloma, ya que través de la danza y la música, los negros recuerdan su origen, que los liga al África, lugar de origen de sus antepasados.

Las poblaciones de Coroico, Mururata, Chicaloma, Calacala, coscoma, Irupana son ahora enclaves de producción cultural afroyungueño. La saya es una expresión musical y coreográfica que se caracteriza por presentar elementos africanos. Sin embargo en Bolivia, La Saya es practicada por todas las poblaciones negras dispersas en los Yungas.

El chapaco es, en su generalidad, el tipo etnológico más homogéneo que actualmente habita en el Departamento de Tarija. Las mujeres son de una belleza sin igual, cuerpos gráciles y cimbreantes, en fin, es un conjunto de gracia y vida.

Este baile demuestra una policromía de colores, ritmo en la danza, rueda en la que lucen su garbo las chapacas, mientras rompen su endecha el erque y la caja juntos, destacándose hilos del deseo; amor que se transfigura en cada una de sus graciosos giros.