A las armas valientes cruceños
Al combate entusiastas volad;
Que es temible el soldado que invoca
Libertad, libertad, libertad.
Una voz clamorosa ya os llama,
De su entusiasmo en fuego encended;
En la voz de la patria oprimida
Que a las armas, os dice: corred.
Como libres, marchad, al combate
Que allí crece del héroe el laurel;
Como crece la esbelta palmera
Del Oriente, en el vasto vergel.
Nuestros lares y campos guardemos,
Que un tirano insultó sin razón;
Por sus fueros, sin treguas luchemos
Y expiremos al pie del cañón
Que morir por la patria es glorioso
Y es infame no alzarse a su voz.
Pues, quien sale, por ella, en defensa,
Es su acero invencible y atroz
Si marcháis animosos y bravos
Del cañón, al estruendo marcial,
Vuestros hijos y esposas queridas,
Tejerán la corona triunfal.