El problema de la sucesión presidencial acabó por desmoronar toda la estructura del partido de gobierno. Víctor Paz Estenssoro decidió ir a la reelección, un grave error político. Inmediatamente varios sectores del MNR declararon su oposición.
Desde la creación de YPFB hasta el comienzo de los años cincuenta, la empresa estatal languideció con un nivel de producción mínimo. Entre 1940 y 1950 se produjeron entre 1.000 y 2.500 barriles día. El advenimiento de la Revolución significó un impulso consciente de la producción de hidrocarburos como una alternativa de diversificación económica, pues surgió la posibilidad de exportar crudo una vez cubierta la demanda interna.
Fue el trabajo de José Paz Estenssoro el que hizo posible el crecimiento notable de YPFB, que tuvo su verdadero nacimiento como parte esencial de nuestra economía en la década de los años cincuenta. Entre 1952 y 1964 la producción pasó de 2.500 a más de 10.000 barriles día como promedio, además comenzó a explotarse el gas natural. Al comienzo de los años sesenta Bolivia producía alrededor de 20 millones de pies cúbicos por día, lo que impulsaría el crecimiento espectacular que se dio en los años setenta.
Este salto se hizo posible con una inversión que en parte significativa salió de una transferencia de recursos de COMIBOL a YPFB que permitió la explotación del área de Sanandita, la perforación de pozos, el impulso de Camiri como centro vital de la producción de crudo y la construcción de ductos de transporte de crudo de los centros productivos al altiplano y posteriormente a Arica para la exportación (este oleoducto fue terminado en 1958).
Fue precisamente en el ámbito del petróleo que el gobierno del MNR dio una muestra evidente de que sus concepciones estatistas no sólo tenían matices, sino que apostaban a la necesidad de inversión externa y una política liberal en este campo. El código del petróleo preparado por el bufete estadounidense de abogados Davenport y Schuster se aprobó como decreto en 1955 y por si hubieran dudas, se ratificó en el parlamento en 1956 ya como ley promulgada por el gobierno de Siles Zuazo. El código otorgaba amplias facilidades a los inversionistas, a cambio de una regalía del 11 % al estado que podía reducirse según el caso y un impuesto sobre utilidades del 30 %.
Catorce empresas extranjeras se interesaron en los campos bolivianos y recibieron concesiones en casi 14 millones de hectáreas. Pero sólo una de ellas tuvo éxito la Bolivian Gulf Oil, subsidiaria de la Gulf Oil Co. La Gulf pagaba un 11 % de regalías y un impuesto de 19 % por producción bruta en boca de pozo.
El código desató una fuerte polémica, enfrentamiento en el parlamento y división de opiniones en sectores del partido de gobierno. Para los nacionalistas era una medida entreguista y antinacional que terminó años después en la nacionalización.