El tratado de 1929, un candado para el Mar. Fortín vanguardia y el no a la guerra

En las relaciones internacionales del país se produjeron dos hechos muy importantes. El primero fue la resolución de la cuestión de Tacna y Arica. El laudo de Estados Unidos de 1925 fue el preámbulo del tratado del 29. Tanto Chile como Perú rechazaron la propuesta Kellogg de una solución tripartita del problema. El 3 de Junio de 1929, Chile y Perú firmaron en Lima el tratado por el que se definía la nacionalidad de Arica (Chile) y Tacna (Perú). De ese modo, Perú renunciaba a la soberanía sobre Arica. En lo tocante a Bolivia el texto decía: "(Chile y Perú) no podrán sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que...quedan bajo sus respectivas soberanías". En la práctica toda negociación bilateral de Bolivia con Chile quedó bloqueada, entre otras razones por esa condición del tratado.

El tema del Chaco volvió a avivarse peligrosamente. Se celebró una conferencia en Buenos Aires en la que Paraguay insistió en su reclamo de todo el territorio chaqueño para sí. El encuentro se frustró. En el Chaco, en tanto, unas maniobras paraguayas en zona en litigio derivaron en el apresamiento de un oficial paraguayo. La respuesta fue el ataque paraguayo a fortín Vanguardia el 5 de diciembre de 1928. Bolivia había construido entre 1923 y 1928, 11 fortines de avanzada en el Chaco, Vanguardia era uno de ellos. Bolivia en represalia tomó los fortines paraguayos Boquerón y Mariscal López pero Siles no fue más allá, prefirió con sabiduría el camino de la paz. Un comité de conciliación de varias naciones latinoamericanas determinó que la responsabilidad era paraguaya y la obligó a reconstruir y dejar Vanguardia. A su vez Bolivia abandonó los dos fortines tomados. Así se resolvió una situación de tensión pre-bélica, pero la espina ya estaba clavada.

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Las concesiones que había recibido la Richmond Levering fueron ilegalmente cedidas a la Standard Oil en 1921, vulnerando una cláusula del contrato que prohibía expresamente tal cesión. A pesar de ello, el gobierno de Saavedra aprobó el nuevo status en 1922. La Standard compró además otras concesiones de particulares hasta controlar 4,6 millones de hectáreas para su explotación. El contrato con el gobierno establecía un derecho de explotación de 55 años, la empresa debería perforar un pozo por cada 50.000 hectáreas y producir hasta dos millones de barriles por año.

El comienzo de los años veinte encuentra a los grandes empresarios mineros consolidados. Patiño es ya un hombre poderoso en el mundo entero y está en pleno proceso de transnacionalización de sus empresas. Aramayo instala su razón social y su residencia en París y Hoschild está en el apogeo de su producción no sólo en minas propias, sino rescatando minerales de los productores medianos y chicos.

La estabilidad de la élite gobernante estuvo permanentemente amenazada por las sublevaciones indígenas. Esta fue una constante en todo el ciclo oligárquico que tuvo, en la década de los años veinte, manifestaciones muy significativas.

La ruptura de Siles con el republicanismo saavedrista y su necesidad de distancia con los genuinos y liberales, lo impulsó a promover la creación de un nuevo partido, cuyos protagonistas fueran los jóvenes. La presencia en ese esfuerzo organizativo de figuras como Roberto Hinojosa, Walter Guevara, Augusto Céspedes y Carlos Montenegro explica perfectamente la tendencia germinal de este grupo.

Saavedra buscó contar con un candidato que le garantizase su dominio aun después de dejar la presidencia. El hombre escogido fue José Gabino Villanueva al que, por las dudas, le acompañaba como candidato vicepresidencial Abdón Saavedra, hermano del Presidente. La convención de su partido eligió al binomio, mientras la alianza entre liberales y republicanos genuinos escogió el binomio Daniel Salamanca, José Luis Tejado Sorzano. Las elecciones se realizaron en mayo y el oficialismo triunfó fácilmente. Pero el escrutinio oficial nunca se realizó.

Para entender el problema de los trabajadores de la gran minería del estaño, se debe saber que, hasta las leyes mencionadas, carecían en absoluto de una legislación que los amparase, así como de medidas mínimas de seguridad industrial. Si bien es cierto que las grandes empresas contaban con una infraestructura importante en el sector médico, educativo y recreativo que el país no había conocido nunca en centros de trabajo (hospitales totalmente equipados, escuelas y áreas deportivas), las condiciones de trabajo eran francamente brutales.

La modernización del país (ferrocarriles, electricidad, minería) trajo consigo la estructuración de un pequeño núcleo proletario en el que habían germinado las ideas de la necesidad de asociación y habían llegado las tendencias renovadoras del socialismo. Los años veinte marcan el verdadero fortalecimiento del movimiento obrero. La gran organización de la época fue la Federación Obrera del Trabajo (FOT), el antecedente más importante de la COB. La FOT tuvo como principales impulsores a Carlos Mendoza Mamani y José M. Ortíz, que escribieron en "Acción libertaria" sus principales ideas.