Las concesiones que había recibido la Richmond Levering fueron ilegalmente cedidas a la Standard Oil en 1921, vulnerando una cláusula del contrato que prohibía expresamente tal cesión. A pesar de ello, el gobierno de Saavedra aprobó el nuevo status en 1922. La Standard compró además otras concesiones de particulares hasta controlar 4,6 millones de hectáreas para su explotación. El contrato con el gobierno establecía un derecho de explotación de 55 años, la empresa debería perforar un pozo por cada 50.000 hectáreas y producir hasta dos millones de barriles por año.
La modernización del país (ferrocarriles, electricidad, minería) trajo consigo la estructuración de un pequeño núcleo proletario en el que habían germinado las ideas de la necesidad de asociación y habían llegado las tendencias renovadoras del socialismo. Los años veinte marcan el verdadero fortalecimiento del movimiento obrero. La gran organización de la época fue la Federación Obrera del Trabajo (FOT), el antecedente más importante de la COB. La FOT tuvo como principales impulsores a Carlos Mendoza Mamani y José M. Ortíz, que escribieron en "Acción libertaria" sus principales ideas. En esos años las reivindicaciones tenían que ver con las condiciones de trabajo y no se inspiraban aún en ideas marxistas. El partido socialista de 1914 se consolidó en 1919. Con un discurso moderado los socialistas iban de la mano de la Federación y casi es imposible diferenciarlos. Se estaba gestando la independencia de clase y la separación de los trabajadores de la influencia partidaria. La FOT se organizó en los principales distritos del altiplano del país, La Paz, Oruro, Potosí y Uyuni fundamentalmente. La FOT agrupaba a los trabajadores eléctricos, tranviarios, hoteleros y los diversos gremios (carpinteros, albañiles, etc.).
El ente más poderoso de los proletarios era sin embargo el de los ferroviarios que se estructuró al impulso de Héctor Borda. Su influencia para los movimientos laborales fue muy fuerte desde su nacimiento en 1912 hasta su auge a partir de 1919. La preocupación de las federaciones era por la jornada de ocho horas, seguridad en el trabajo, reconocimiento de la dignidad del obrero, la mujer y el indígena.
Las primeras huelgas aisladas durante los gobiernos liberales fueron incrementadas. La primera gran huelga en el país fue la de los ferroviarios de 1921 que, en protesta por los vejámenes sufridos por el diputado socialista Soruco, paralizaron actividades y recibieron solidaridad de otros sectores.
En 1926 aparecen las primeras ideas francamente comunistas con Moisés Ampuero y Enrique Loza. Su portavoz, "Bandera roja" tuvo en el gran poeta Osear Cerruto su más inflamado divulgador, como el anarquismo y la organización de grupos proletarios y artesanales había tenido el apoyo y la acción decidida del pintor Arturo Borda en la segunda década del siglo.
En este contexto de lucha social y popular, el gobierno de Saavedra implantó la primera legislación social en Bolivia. Dentro de las paradojas de su administración, no se puede negar el impacto decisivo que tuvo este salto que marca el reconocimiento del gobierno de su responsabilidad con los trabajadores. Así, se promulgaron la ley sobre accidentes de trabajo (ocupándose sobre todo del sector minero, lo que desagradó a los grandes empresarios), el decreto reglamentario de huelgas, el de conflictos entre capital y trabajo, la jornada de ocho horas, reglamentación del trabajo de mujeres y niños y el ahorro obligatorio que era el preámbulo de la seguridad social y la jubilación. Estos elementos explican el apoyo que tuvo Saavedra en sectores de clase media, artesanos y trabajadores, hasta entonces olvidados por conservadores y liberales. La legislación de Saavedra fue un verdadero salto en las conquistas de los trabajadores en su lucha histórica.