Invasión de Antofagasta

El 14 de febrero de 1879 se produjo la invasión. Los habitantes antofagastinos vieron en el horizonte el humo del blindado Cochrane y la corbeta O'Higgins que se sumaban al blindado Blanco Encalada surto en el puerto varios días antes. El prefecto Zapata carecía de un mínimo de efectivos con que encarar una defensa por lo que el desembarco de las tropas chilenas que en número aproximado de 200 tomaron la plaza fue un paseo. Los chilenos obligaron a Zapata, los funcionarios bolivianos y los pocos guardias armados, a abandonar la ciudad. De los 6.000 habitantes de Antofagasta, 5.000 eran chilenos y solo 600 bolivianos, el resto de varias nacionalidades. La población chilena celebró la invasión y el señor Hicks representante de la Compañía de Salitres furibundo antiboliviano fue liberado y recuperados los bienes de la empresa. Chile defendía cumplidamente los intereses del capitalismo inglés. Dos días después, el 16, los chilenos tomaron el centro minero de Caracoles.

La invasión inició unilateralmente el conflicto bélico. Al no existir líneas telegráficas en nuestro territorio, la noticia llegó a Bolivia por la vía de Tacna. El vapor Amazonas llegó al atardecer del 19 de febrero a Tacna con la noticia, el cónsul boliviano Manuel Granier escribió una carta al Presidente y la envió con el chasqui Gregorio Collque (Goyo) que hizo el máximo esfuerzo y cubrió la distancia a La Paz en cinco días. El 25 le entregó la carta a Daza. El 26 el gobierno hizo una proclama a la nación comunicando la agresión y estableciendo los aprestos para la defensa.

El ataque llegaba en un pésimo momento para Bolivia, una inclemente sequía en 1878 había generado desabastecimiento en los mercados, hambruna, peste y gran mortandad.

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Los conservadores eran católicos por tradición. Quizás el más importante de ellos fue Mariano Baptista que dio muestras muy claras de su catolicismo, antes y durante su presidencia. No se puede olvidar tampoco la egregia figura de Juan de Dios Bosque (1829-1890). La confrontación estado iglesia se presentó cuando subió al poder el liberalismo. Muchos eclesiásticos del país, tanto regulares como seculares confundieron liberalismo con socialismo y otro tanto sucedió con el propio concepto de democracia, que a muchos religiosos les sonaba a anarquía.

El nacimiento de un movimiento obrero y sindical en el país fue producto del paso de un sistema de producción pre capitalista al desarrollo y modernización de la industria, particularmente minera, coincidente con el advenimiento liberal. A pesar de ese cambio Bolivia nunca contó con un proletariado significativo, pues no pudo desarrollar una industria importante como lo que tuvieron algunas otras naciones sudamericanas.

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Si bien Tamayo es conocido como uno de los grandes poetas de Bolivia, su compilación sobre temas pedagógicos, es ya un clásico y su actividad politica de una intensidad excepcional. Las ideas de Tamayo confontarón las de Arguedas y abrierón un gran debate en el país.