Tobas

Danza Tobas

Los Tobas, es una danza de tipo oriental parte de muestra cultura autóctona, que simboliza a quienes viven en el bosque milenario, el inmenso llano y el enigmático chaco. Hombres y mujeres de elástico andar, demuestran su belleza y fortaleza con su ritmo contagiante a través de sus saltos acrobáticos y una coreografía singular que representa las tribus selvícolas del sudeste y oriente boliviano.

Origen

La tradición recopilada por las crónicas cuentan que las huestes Incarias, al mando del Inca Tupac Yupanqui fracasaron en la zona oriental por la encarada resistencia de estas tribus, munidos de lanzas largas, con tal impresión volvió el Inca que adoptó al repertorio Andino como danza ceremonial de guerra, aunque otra versión dice que ellos vinieron a Oruro, con su vestimenta típica, atraídos por la fama de la Virgen de la Candelaria.

Es importante destacar que en 1916, se forma la primera comparsa de Tobas que intervenía en las fiestas religiosas, que dirigía Tomas Cáceres integrado por su hijo Donato Cáceres que aún vive.

Vestimenta

La mayor parte de los danzarines son jóvenes y niños. Utilizan una vestimenta a la usanza de los pobladores y étnicas del sector oriental de Bolivia. Los Tobas tienen caretas de alambre trenzado, utilizan plumas. Llevan éstas en la cabeza, en el fajero, en los puños y canilleras. El indumento es liviano: Calzón largo, rosado, camisa de seda y encima “espaldera”, o capa pequeña, una falda hasta la rodilla de color verde, celeste, rojo o anaranjado, de pana. Adornan la cabeza con un “turbante” de cartón, con plumas de ñandú o de gallo, teñidas. Llevan espejos de vidrios o bordados muy sencillos se asientan sobre estas ropas apropiados para una danza de gran magnitud que dirigirá el jefe de la tribu con la ayuda de un pito. Preceden a los Tobas, monos y pumas que cargan lo ritos del oriente boliviano.

Danza

La forma de danzar consiste en: Paso Bolívar (rápido con saltos regulares); Paso Camba (sumamente ágil, con saltos de más de un metro de altura); “Chucuchuco” (de ritmo más alegre que gusta mucho el público; se danza sobre la punta a los pies y casi de rodillas, lo que produce calambre al danzarín, a posteriori) el salto “Cullahui”, hoy poco usado salía muy bien al son de los pinchullas.

Su música es monótona; con su danzar variado forman entre otras una figura denominada “Estrella”, que representa la danza naturaleza guerrera.

La coreografía denota en sus movimientos ágiles y grandes saltos, simbolizan la casería del puma o "Taruga" en el paso de descanso, el seguimiento a la presa herida para acorralarla y los saltos muestran el momento en que se ha dado fin y se clava la lanza. Usan “Chontas”, palos listados de rojo y blanco, como lanzas, que manejan como enorme destreza, y sus saltos y vueltas son tal elevados y rápidos que diríamos que llevan alas en los talones, como un grupo singular de la actividad folklórica.

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Esta danza al parecer tiene sus orígenes en la corrida de toros, que se convierte en una forma de mostrar el poder del hombre, en este caso del español, el cual derrota a la fuerza bruta representada por el toro.

Este hecho ha debido impactar fuertemente en el nativo, de ahí cuando vieron los aymarás a las vacas, lo primero que hicieron fue representarlas en una danza satirizada llamada Waca Waca en español (vaquería).

El hombre andino reconoce la bondad de la pachamama, que guarda en su seno a sus hijos (muerte), y con su fatalidad productiva reproduce la historia colectiva de los Ayllus.

La Tarqueada es uno de los vehículos de expresión de las creencias e ideales de los pueblos aimaras de Bolivia. Esta fiesta gira en torno al acto profano en la Machaka Chojke (chajlla de la papa nueva) es en la Anata (Diversión), que es practicada desde la navidad hasta carnaval, tiene un significado ritual de súplica, en que sus melodías la recibe de la naturaleza, para pedir clemencia, de la misma naturaleza, para la llegada de la lluvia, o cualquier otro fenómeno climático que afecten a las cementeras.

Los Suri Sikuris aglutina a los más genuinos exponentes de la música pentatónica, simbolizan al cadencioso movimiento del avestruz o ñandú en celo y a los ejecutores de los “Sikus” (Instrumento nativo como zampona) se trata de una danza que bailaban los que se preparaban para salir a cazar ñandúes. Llevando los hombres como parte principal de su indumentaria un sobrero que está adornado con largas plumas de avestruz, que van amarradas a una cañas finas de más o menos de 60 centímetros, motiva una atención al público.

La Saya constituye una de las máximas expresiones folklóricas de los negros de Chicaloma, ya que través de la danza y la música, los negros recuerdan su origen, que los liga al África, lugar de origen de sus antepasados.

Las poblaciones de Coroico, Mururata, Chicaloma, Calacala, coscoma, Irupana son ahora enclaves de producción cultural afroyungueño. La saya es una expresión musical y coreográfica que se caracteriza por presentar elementos africanos. Sin embargo en Bolivia, La Saya es practicada por todas las poblaciones negras dispersas en los Yungas.

El chapaco es, en su generalidad, el tipo etnológico más homogéneo que actualmente habita en el Departamento de Tarija. Las mujeres son de una belleza sin igual, cuerpos gráciles y cimbreantes, en fin, es un conjunto de gracia y vida.

Este baile demuestra una policromía de colores, ritmo en la danza, rueda en la que lucen su garbo las chapacas, mientras rompen su endecha el erque y la caja juntos, destacándose hilos del deseo; amor que se transfigura en cada una de sus graciosos giros.

Origen

Es una danza de origen prehispánico, considerada como una danza de la nacionalidad colla, guerreros por excelencia, en su indudable carácter marcial, difundido en el departamento de La Paz, caracterizando la vernacular de nuestro folklore, capaz de transmitir en sus notas pentatónicas, las regiones áridas del altiplano, las zonas lacustre y la de propiedad agrícola, que mantiene una importante gravitación en el hecho folklórico de los valles mesotérmicos de la región.

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