La Llamerada es una de las danzas más antiguas del folklore boliviano; pertenece en sus orígenes a la nación Aymara. Su nombre original en idioma aymara “KARWANI”. Expresa la vinculación del hombre andino con la llama, y con los auquénidos en general. El hombre andino fue antes pastor que agricultor. La llama da al hombre andino desde esos tiempos inmemoriales alimentación transporte y abrigo. Por eso la llama aparece desde las primeras expresiones artísticas, pintada en cuevas, cerámicas, esculpidas en piedras.
La Llamerada es una danza mimética, porque trata de imitar la actividad diaria del hombre andino, vinculada a los arrieros y a los pastores de llamas; pero, también representa la vinculación ritual con la llama por eso, la vestimenta de los danzantes no es simple como la del arriero; es elegante y, recupera antiguos signos de poder.
Origen
Al ser la danza una de las actividades más antiguas de la humanidad, todo hace suponer que la Llamerada nació con el mismo pastoreo. Por lo expuesto se deduce que la llamerada es una de las danzas más antiguas del mundo andino. En la actualidad ha cambiado su sentido mágica, existen innovaciones fundamentales en la coreografía, vestimenta. Sin embargo, la base fundamental de la danza es representar la relación entre el hombre andino y los auquénidos sigue siendo la misma.
Como sucede en otras danzas, su origen e interpretación no están plenamente precisados, existen varias versiones al respecto.
Esta danza al parecer tiene sus orígenes en el baile denominado “OHUYURI” (silbar), porque algunas caretas con que se bailan parecían caras con las bocas con expresión de silbar.
Otra tradición narra que la danza de la Llamerada recuerda a los postillones incaicos encargados de arrear a los auquénidos para transportar los productos de una región a otra.
Vestimenta
La mujer participa en la llamerada desde tiempos antiguos porque las labores de postillón o del arriero a Potosí eran actividades familiares; lo mismo que en la actualidad las labores del campo.
La vestimenta proviene según la tradición de los antiguos arrieros, también tienen similitud con el atuendo de autoridades comunitarias aymarás tradicionales. Hombres y mujeres cubren su cabeza con una montera cuadrada hecha de paño y bordeada de flecaduras. Ambos calzan sus pies con abarcas rústicas fabricadas de cuero duro, llevan una khorawa (honda) en la mano derecha, elemento fundamental en la coreografía para la simulación del arriero.
El hombre lleva camisa de lana, de bayeta o de seda, el pantalón de bayeta poco más abajo de las rodillas, calcetas o cayto, abarcas, un aguayo de colores amarrado sobre el pecho, un chumpi o faja multicolor que rodea la cintura, una soga enroscada que cruza el cuerpo, en sentido contrario que el aguayo. En las Llameradas más tradicionales, los hombres también llevan una careta de yeso, con los labios fruncidos con actitud de silbar.
La mujer lleva una o más polleras anchas, largas; de bajo de las polleras una o más mancanchas de género blanco, blusa, sobre ella un aguayo cruzado a la manera de vestimenta que usan los campesinos en el día de la fiesta.
Los colores han variado con el tiempo. El tradicional color negro la utilizan los tatalas; la tropa, esta es una de las innovaciones, utiliza diferentes colores, según la fraternidad y la festividad.
Danza
Los llarneros, danza que expresa un andar por diferentes tierras altiplánicas y demuestran cómo los hombres y mujeres junto a sus llamas, alpacas y vicuñas recorren desoladas montañas para vencer nuestras cordilleras. Simboliza al arriero andino, bajo, sencillo, pero con significativo atuendo e insurge una coreografía de vistosas figuras. Tiene como símbolo la honda (korawa) arma de guerra. En tiempos de paz servía para arrear el ganado auquénido. Tiene un ritmo alegre y ágil. La danza servía para pedir a los dioses protección para los viajeros con caravanas de llamas, parte fundamental de la coreografía y vestimenta la mayor parte de los "pasos" incluyen el movimiento de la honda simulando el arreo de las llamas, o el lanzamiento de piedras.