El Presidente Morales a través de su mayoría parlamentaria y tras una difícil negociación con Podemos, aprobó la convocatoria a elecciones para la Asamblea Constituyente que debía elegir 255 constituyentes y realizar el referéndum sobre autonomías. La ley indicaba que la única tarea de la Asamblea era aprobar una nueva Constitución en un tiempo máximo de un año, que sería sometida para su aprobación a un referéndum popular. La Constitución debía ser votada por dos tercios de los asambleístas.
El origen del gobierno de Quiroga, lo definió como de transición. Una de sus tareas más importantes fue presidir el proceso electoral de 2002.
Como efecto del diálogo 2000 se desembolsó el dinero del HIPC II con el criterio del combate a la pobreza, lo que permitió contar con más fondos a los municipios.
La situación económica continuó crítica, con una recesión inamovible. Cayó la inversión extranjera. Continuó la depresión internacional de precios de materias primas, el aumento de la mora bancaria y la falta de liquidez en el mercado, a pesar de la baja de intereses de la banca a un 9,5 %.
La mayor responsabilidad de la gestión de Quiroga fue el incremento del déficit fiscal, que al concluir el 2000 era de -3,73%, a fines del 2001 era de -6,82% y en agosto de 2002 fue de casi -9%, el más alto de la historia reciente del país. Además de factores que no pueden olvidarse como la reforma de pensiones, la erradicación de la coca y una relativa reducción del contrabando, los acuerdos firmados por su gobierno, particularmente el referido al aumento de las pensiones tras la marcha y huelga de jubilados, determinaron que el ingreso mínimo de un jubilado fuese mayor en dos veces al salario mínimo nacional. La carga de este acuerdo sobre el TGN fue brutal y contribuyó al déficit. Se marcó también un nivel alto de donación directa externa para cubrir inversión pública, 111 de los 638 millones ejecutados vinieron de donaciones.
El mal manejo del Lloyd Aéreo Boliviano por la brasileña VASP, llevó a la compañía a una crisis que devino en su compra por parte del empresario boliviano Ernesto Asbún. El proceso posterior abrió un escándalo en torno a la grave situación económica del LAB y al propio mecanismo de compra, que llevó a un desastre casi terminal de la compañía a principios del 2006. En cambio, las telecomunicaciones vivieron una revolución expresada en el número de teléfonos celulares, que de 295 en 1991 pasó a 779.917 en 2001, superando las 522.931 líneas fijas. El periodo de Quiroga terminó con la aprobación por parte de EE.UU. del ATP-DEA, un mecanismo que permitía a los países andinos la exportación de textiles a esa nación.
Los conflictos sociales no pudieron superarse. El Presidente incrementó la militarización del Chapare con 4000 efectivos adicionales ante los bloqueos y la presión, con un saldo de más de diez muertos y varios heridos. El problema de la tierra comenzó a agudizarle y se convirtió en un tema de primera preocupación nacional. Un enfrentamiento en Pananti (cerca de Yacuiba) por tenencia de tierras entre los llamados “sin tierra” y propietarios, dejó un saldo de siete muertos.
El 19 de febrero de 2001 La Paz sufrió una granizada de más de una hora que desencadenó el desborde de ríos y taponamiento de sistemas de drenaje, que provocó 69 muertes, medio millar de heridos y varias familias que perdieron sus hogares. Los daños materiales fueron de gran consideración. Fue una de las mayores tragedias de la ciudad en toda su historia.